Justicia ambiental, desarrollo comunitario y economía solidaria
El Ejemplo de KettlemanCity en California
Yvon Poirier, novembro 2006
Kettleman City es una comunidad de 1499 habitantes en el condado de Kings, en el centro de California. Su población es en un 90% de origen hispano, 70% habla normalmente español y 40% es unilingüe.
Es el más grande depósito de residuos tóxicos y materias peligrosas al oeste de Alabama, creado por la empresa Chemical Waste Management. Más de una sexta parte de los ingresos municipales proviene de esta empresa.
En 1988 la empresa propuso construir un incinerador para quemar más de 100 000 toneladas de residuos tóxicos. Frente a este peligro inminente la población local creó “El Pueblo para el Aire y Agua Limpio”.
Después de cinco años de movilización en toda California, la empresa debió retirar su proyecto. Aún más, fue abierto un proceso contra la empresa por contaminación del ambiente. Como consecuencia de este litigio el Pueblo obtuvo a cambio de su desistimiento un compromiso de la empresa para financiar la construcción de un centro comunitario y el establecimiento de la Fundación Kettleman City.
Una batalla ganada, pero ¿se perderá la guerra?
Después de 1993 sobrevinieron cambios en la asociación. Diversos fundadores de El Pueblo dejaron la región. Existe cada vez un mayor número de trabajadores de estación que llegan y parten. Chemical Waste Management a ganado influencia en la comunidad mediante obras caritativas, regalos navideños a los niños, subsidios a las actividades escolares. Además, ha logrado consolidar apoyo a su actividad en el seno del consejo de administración de la Fundación.
Hoy la empresa y sus partenarios vuelven a la carga con diversos proyectos como por ejemplo la ampliación en 140% del área del lugar de depósito. A seis kilómetros de la municipalidad, el sedimento de las fábricas de tratamiento de Los Angeles, 500 000 toneladas anuales, será mezclado con materias vegetales a fin de fabricar compost. El mismo sería utilizado en las tierras agrícolas de los alrededores de Kettleman City.
Frente a esta situación el grupo El Pueblo, apoyado por la organización de justicia ambiental Greenaction, ha relanzado sus actividades a fin de alertar a la opinión pública sobre los peligros que acechan a la salud de la población local.
Los retos existentes
La situación en el 2006 implica importantes retos :
Menos habitantes permanentes y más trabajadores de estación.
Poca continuidad en la acción después de la batalla de 1988 -1993
La empresa ha ganado partidarios dentro de la comunidad mediante sus obras de caridad.
Más de una sexta parte de los ingresos de la municipalidad provienen de la empresa.
La lidereza de El Pueblo, Maricela Mares Alatorre ha sido incluida en una “lista negra” y no puede obtener empleo en el seno de la comunidad. Por eso, para sobrevivir aspira a establecerse en otro lugar.
Miembros de El Pueblo tienen parientes que trabajan en Chemical Waste, lo que los predispone poco a llevar a cabo una acción más fuerte.
La dificultad económica para financiar la acción en el terreno.
Cuestionamientos fundamentales para nuestro movimiento
Con el propósito de diseñar una estrategia para enfrentar estos desafíos localizados, es necesario comprender que el contexto global a evolucionado. La mundialización neoliberal a degradado las condiciones de vida de los habitantes de estas comunidades pobres. Estas personas se ven obligadas a aceptar la movilidad o no importa que tipo de trabajo para ganarse la vida, aún en perjuicio de su salud.
No será acaso necesario que el movimiento de justicia ambiental prevea un cambio de paradigma en su enfoque? En efecto, no es suficiente sensibilizar a la población sobre los peligros para la salud de proyectos como éste, para que ella se movilice en consecuencia.
Así, el movimiento justicia ambiental corre el riesgo de fracasar si las campañas:
Se limitan a un solo objetivo
Son reactivas antes que proactivas .
No integran las causas económicas de las injusticias ambientales.
No ponen en cuestión la posición de vanguardia de los actores económicos
No realizan un trabajo en el terreno con las comunidades, obligadas a aceptar porque no tienen otra opción que aceptar estos empleos aunque sean peligrosos para su salud.
Nuevas Estrategias ?
El contexto actual nos anima a redefinir otra estrategia para el movimiento ambiental: Una estrategia organizacional articulada alrededor de un Nuevo Desarrollo Económico que articule justicia social, justicia económica y justicia ambiental.
La visión debe cambiar para proponer alternativas prácticas y positivas para cada comunidad, cada región y cada estado. En suma, es necesario volverse preactivos y no solamente reactivos o “antis”.
De esta manera, debemos desmitificar la economía y el mundo de los negocios, aprender a desarrollar nuestras propias empresas, intercambiar experiencias, construir relaciones y alianzas entre las redes internacionales de justicia ambiental, de desarrollo local y de economía social y solidaria.
Debemos buscar activamente el apoyo de sindicatos, de algunas empresas locales y de autoridades locales para que la cultura de los lugares y de la preservación del futuro de los habitantes y de los recursos del territorio sean tomados en cuenta, tal como es el caso de las empresas recuperadas en Argentina, Mondragón en España, la red de cooperativas en Emilia –Romana (Italia), y muchos otros en el mundo.
Impactos para Kettleman City
Este enfoque permitiría incluir en nuestra estrategia propuestas alternativas para situaciones como las de Kettleman City. Cómo el tratamiento de residuos es abordado en otros países? Cómo esta industria puede servir mejor a la comunidad en empleos y en ingresos disminuyendo los impactos negativos para la salud de las poblaciones y la ecología?
Fontes :
Artículo de Erica Swinney, organizadora cumunitaria de Greenaction for Health and Environmental Justice de San Francisco.
Este artículo está disponible en el blog: Boletín Internacional de Desarrollo Local Sostenible